viernes, 9 de marzo de 2012


Proa Editorial

Un navío leva anclas, iza sus velas. Cargadas de decires sus bodegas. Sus objetivos: difundir expresiones artísticas de quienes estén a bordo. No interesa su edad ni U lugar de origen. Sí algo de cronopios, famas o esperanzas, sí el goce común. Guiados por la brújula y espíritu de Decires Revista: “No somos un medio convencional, seguimos la idea de ser una nueva alternativa de difundir cultura, que abarque a autores de la mayor parte del país y países vecinos. Utópicamente crear una comunidad dónde se compartan nuestras obras con la fiel consigna de cordialidad, unidad y amistad”. Decires deja abierta una brecha para un futuro con menos acartonamiento y más humanidad. (…) Ojalá que mañana a otro medio similar al nuestro, que desee ser una comunidad los artífices de la cultura no le teman y le brinden ayuda y amistad”. (Editorial nº 7, diciembre 2010)

Decires Revista sigue su ciclo vital, ya que sus ejemplares están entre la gente -en sus casas, escuelas, librerías, kioscos, bibliotecas populares, ferias, talleres, encuentros-, y muchos otros esperan nuevos lectores. Es un producto vivo, con 3 años de trayectoria (nº 0 al nº 7, noviembre 2007 a diciembre 2010). Fruto de trabajo, esfuerzo y gracias a sus colaboradores, sin cuya participación no habría existido ni tenido razón de ser. Siempre bregamos y actuamos para conformar una comunidad explicitando sus basamentos. La cual necesita la cooperación de todos, tomando al medio como propio de cada uno. Propio de cada uno en cuanto a la posibilidad de aparecer publicado en papel y también la solidaridad en tareas de distribución, difusión y venta para autosustentar un medio cultural independiente sin fines de lucro.

NavegArte parte en río hacia el mar. Que no sea la nave del olvido, quizás la nave de los locos. Locos quienes creemos, hacemos, apostamos, luchamos, amamos, intentamos. En barcos de papel atravesamos tempestades de vanidades, mediocridad, comodidad, mezquindades, celebérrimos, sicarios, sabihondos, culturosos artificiales. Nos acompañan quienes dijeron en Decires y nuevos navegantes. Pescar y llevar desde cada rincón donde alguien escriba, dibuje, sueñe, sienta, hacia cada quien que disfrute leer. Sin medir los versos ni reservar butacas en plateas preferenciales. Barco de papel que se convierta en buque de guerra, empuñando las palabras, contra la hipocresía, el vacío, lo fugaz. Sin ismos. Desde lo pequeño, lo de a poco, lo profundo, lo que aúna, lo que hermana, lo común, en nuestra Latinoamérica.

Revisar el por qué de este esfuerzo significaría el mismo intento de repasar los motivos de las utopías, cuando la respuesta es una sola: la necesidad de creer en los motores, en la maravillosa esencia del regocijo estético.

Tal vez, al desplegar estas velas podamos concretar insospechadamente los sueños de mar de los pueblos que habitan en cada puerto. Ansiosos de alguna señal que les devuelva el sentido, de un continente a otro esos pueblos sabrán entonces distinguir los hilos invisibles de semejanzas y voluntad que los unen en un mismo terral sin divisiones; pleno de la diversidad que hace tiempo nos vienen cercenando. Y absolutamente indivisible cuando frente a un poema las miradas se traduzcan similares en la misma luz.

La nave de los que poseen toda la tierra, porque cualquier sitio es suyo; porque en cualquier viento encuentran un solo y único motivo para seguir navegando. La nave del milagro de llegar hasta quien aguarda en la orilla y fundirse en el reencuentro; la nave de los invisibles en las muchedumbres; la nave de los que avanzamos con un pan y un colibrí custodios del fusil a nuestras espaldas; la nave de los que creímos desde siempre en la fuerza de la palabra y en la savia de un grito proveniente desde la raíz del continente, con la mirada abierta a una Latinoamérica distinta, capaz de todas las resurrecciones.

Aquí vamos entonces, soltamos las amarras que nos unen al delirio de amanecer en un presente sin tinieblas ni piratas que tomen por asalto la metáfora ni el futuro. Al otro lado, el mar de los desvelos y la necesidad de pensarnos a nosotros mismos hechiceros, solar de las tribus venideras que tengan por gesto la sabiduría, y en las manos la eternidad del continente.

Este navío intenta ser un lugar habitable para la poesía y el pensar, la cultura de todos, con esfuerzo, con ganas, con amigos en cada puerto, para encontrarnos en sus páginas.

Contamos y agradecemos la ayuda y amistad de ustedes, conformando esta comunidad de palabras, un emprendimiento solidario, abierto, libre para la expresión, el hacer y el soñar.

“La poesía es un arma cargada de futuro y el futuro llegó hace rato”




Poema de Contratapa:

Navegamos nieblas
Nubarrones
Necesitamos nacer nubes
Novísimas nubes navegantes
Ninguna Nodriza ni Narcisa.
No necios, no nieguen nacer nacimientos nardos.
Nombro nadar nervios navegables
Naturales nervaduras nómades
Necesaria nata nutriente.
Naturalizados,
Nihilistas negadores
Neutrales normales, nulos neutrones,
nocivos nacionalistas
neonazis
norteamericanos Napal
nombran nada.
Nosotros nacer.
Negros nidos, Neuquén, norte nativo, nacen niños nahatl.
Nosotros nomás no negociamos
No niegues
No necesitamos Nestlé, ni notebooks,
Ni notas noticieros narcótico.
Nademos nanas Nietzche
Nuevas naturalezas
Noches
Nominaciones nunca nombradas.


Olvidencio Sebastián Santa Cruz


6 comentarios:

  1. Apreciada Julia:
    Felicitaciones por el blog, por tu tarea en NavegArte, por el esfuerzo y la dedicación.
    Mi cariño y mis deseos que estés muy bien y sigas navegando
    Analía

    ResponderEliminar
  2. Deseo para este emprendimiento el mejor de los éxitos...Poetas faltan para navegar el mundo. Poetas faltan para luchar y hacer de la Literatura, un mundo. Con mucho cariño.

    ResponderEliminar
  3. Bravo! Es mucho el esfuerzo, lo sé. Desde Mar del Plata y todo el el staff de la Revista LA AVISPA: buenos vientos y a navergar!
    Abrazos

    ResponderEliminar
  4. Felicitaciones por este magnífico esfuerzo de excelente contenido y calidad literaria... Continúen y que los acompañe siempre el mayor de los éxitos...

    ResponderEliminar